Hace 15 años que un joven de apenas 20, Sergio Garrido, reveló una pasión irrefrenable y contagiosa por el mundo del vino. El proyecto de la bodega Barón d’Alba nace en 2001 de la idea de recuperar la tradición familiar de producir vino en el Plà de les Useres.
El Plà de les Useres tiene una larga historia vitícola, desde la llegada de los Romanos siempre se ha producido vino en esta zona de España. Hasta tuvo su momento de gloria histórica con los famosos vinos llamados “Carlon”. Pero con la crisis de la filoxera primero y la entrada de España en la Unión Europea después, se arrancó la mayor parte del viñedo que en esa época, en los años ochenta, estaba compuesto principalmente por plantas híbridas. Así al final de los ochenta, la viticultura casi desapareció de Castellón.
En 2001, después de un salto generacional, la familia Garrido, impulsada por Sergio Garrido, el propietario y el alma del proyecto, compró la finca del Clos d’ Esgarracordes con la idea de volver a sus orígenes y desarrollar una viticultura de calidad en esta zona. Los primeros años sirvieron para plantar, formar nuevos viñedos y transformar la pequeña casa de la finca en una bodega moderna, en la que nunca ha faltado el buen gusto y la cultura, desde los murales pintados directamente en los muros de la bodega por el pintor Jaime Guevara, o las colecciones de arte de la propia familia, hasta los conciertos de cámara como Violines o Viñedos.
En este 15º Aniversario no va a ser menos, y nuestras bodegas se van a llenar de arte con exposiciones de la fotógrafa Stephanie de Leng o el escultor Miguel Bellés, entre otros que a tiempo os detallaremos, no faltará tampoco la música ni los buenos vinos, naturalmente. Pero lo más importante de todo es que no nos falten buenos amigos con los que brindar.
Pero antes, un poco de historia…
Bodegas y Viñedos Barón d’Alba empezó su andadura con una plantación de 15 hectáreas de diferentes variedades. Posteriormente se construyó una bodega en el propio viñedo, en un espectacular paraje llamado Clos d’ Esgarracordes, desde el cual se puede observar una extraordinaria panorámica del viñedo
En 2006, después de cinco años de ensayos, empezaron a producir los primeros vinos para la venta. Así nacieron los vinos del Clos d’esgarracordes, un nombre heredado de la finca del “esgarracordes”, el hombre que tocaba las campanas y rompía las cuerdas del la iglesia de Les Useres.
El exterior de la Bodega es una edificación noble de piedra que le imprime personalidad. Singular por sus murales con representaciones pictóricas dedicadas a la vendimia, únicas y de gran belleza, además de paredes estucadas en todo el interior de la bodega.
El proyecto es singular en varios aspectos. El primer elemento a destacar es el microclima de esta zona. Estamos cerca del mar por lo que las temperaturas máximas en pleno verano se moderan, favoreciendo la producción de uvas de alta complejidad aromática. Ademas, el Plà de les Useres se encuentra a los pies del macizo del Peñagolosa, del que bajan corrientes de aire frío que refrescan las noches de verano.
Otro elemento clave son los suelos, que siendo de aluvión, profundos y frescos, permiten un muy buen arraigo en profundidad de las viñas. Es por esta razón que en la zona no se suele regar los viñedos, no es necesario, los suelos son bastantes frescos.
El último elemento, probablemente el más importante es la filosofía de trabajo del equipo y la voluntad de Sergio Garrido de hacer vinos de alta calidad de manera profesional. La Bodega Barón d’Alba es pionera en Castellón abriendo el camino de los vinos de alta calidad con vinos singulares y difícilmente reproducibles ya que tienen características organolépticas definidas por el “terroir” de cada una de nuestras parcelas.
El enólogo Mario Malafosse, empieza a colaborar con la bodega Barón d’Alba en 2011. Estudió enología en Burdeos y fue especialmente formado por el gran enólogo francés Denis Dubourdieu. Aporta conocimiento a lo que ya era una filosofía de trabajo: la enología de “terroir”, es decir, que todos los procesos de viticultura como de elaboración están diseñados con el fin de revelar la mejor parte de lo que tenemos en nuestros campos. En este sistema la uva se considera como el nexo entre el “terroir” de la parcela y el vino, dando todo el protagonismo al aroma varietal ya que es en los matices del mismo en el que se encuentran las diferencias de un terroir al otro.
Como premio al esfuerzo y a la sensibilidad de los vinos Clos d’Esgarracordes, pronto despiertan el interés en los críticos que catan nuestros vinos. Tenemos la suerte de que nuestros vinos llaman la atención, porque al ser una bodega pequeña y con escasos recursos para promocionarse, solo puede contar con la calidad de los vinos como embajador de nuestro trabajo.
Nuestros estudios con consumidores enófilos nos enseñan que debemos producir un vino con el doble de calidad para que en catas abiertas se nos evalúe al mismo nivel que las grandes marcas de la Comunidad Valenciana. Eso quiere decir que todavía no ha calado la idea de que en Castellón también se puede hacer vinos de gran calidad. Trabajamos en ello con buenos productos y los críticos con sus notas de cata son respaldos indiscutibles para nosotros.
También hay que agradecer a los prescriptores que tienen el valor de destacar unos vinos prácticamente desconocidos. Es mucho más arriesgado que hacer recomendaciones sobre marcas de vino de moda. Así, tenemos la obligación de ofrecer gustos singulares y siempre mejorar la calidad de los vinos.
15 años después las bodegas Barón d’Alba, no solo están implicadas en revitalizar la viticultura de la zona, también en el desarrollo global de la región y del desarrollo del turismo de interior, con el enoturismo como un pilar importante. Por ello, Sergio Garrido está trabajando, en calidad de presidente, en el desarrollo de la Ruta del Vino con la idea de ofrecer escaparates por el interior al turismo del litoral. Entendemos que el vino es una bebida cultural y que una visita guiada a la bodega permite conocer la filosofía de nuestro trabajo. Así, la bodega lleva ya varios años ofreciendo este servicio a todos los enófilos y notamos mucho interés por ello (tuvimos más de 2000 personas en visitas el año pasado y la demanda sigue creciendo).
La notoriedad de una zona o de un proyecto se hace con la constancia de un trabajo serio y bien hecho, año tras año.[:]